Queso fresco
Lácteos

Queso fresco


El queso fresco es un tipo de queso suave y no madurado, conocido por su textura húmeda y cremosa, así como por su sabor suave y láctico. No se sabe con certeza de qué país es originario el queso fresco, ya que este tipo de queso se produce en muchas regiones del mundo desde tiempos antiguos. Se puede encontrar en la gastronomía de diversas culturas, desde Europa hasta América Latina, pasando por Asia.

La elaboración del queso fresco generalmente comienza con la leche fresca, que puede ser de vaca, cabra, oveja o incluso búfala, dependiendo de la región y de las preferencias locales. A continuación, se calienta la leche y se le añade un ácido, como el jugo de limón o el vinagre, o un cultivo de bacterias lácticas, como el lactobacillus. Este ácido ayuda a coagular la proteína de la leche (la caseína) y a separar el suero, creando así la cuajada.

Una vez que la cuajada ha alcanzado la consistencia adecuada, se coloca en un molde para que drene el suero restante. Dependiendo del tiempo de drenaje y del proceso específico de elaboración, el queso fresco puede variar en su textura final, desde muy húmedo hasta más firme y compacto. Después de este paso, el queso fresco está listo para ser consumido.

El queso fresco se disfruta comúnmente en platos salados y dulces. Se puede utilizar en ensaladas, tacos, salsas, postres, entre otros. Es una opción popular en muchas cocinas del mundo debido a su versatilidad y su sabor suave y refrescante. Además, es una excelente fuente de proteínas y calcio.

Beneficios:

El queso fresco es una fuente de varios nutrientes importantes, incluyendo:

  • Calcio: esencial para la salud ósea y dental.
  • Proteínas: importantes para la reparación y el crecimiento celular.
  • Fósforo: necesario para la formación de huesos y dientes, así como para el metabolismo energético.
  • Vitaminas del complejo B: como la vitamina B12, que es crucial para la función del sistema nervioso y la formación de glóbulos rojos.
  • Vitamina A: importante para la visión, la función inmunológica y la salud de la piel.

Beneficios para el cuerpo:

  1. Fuente de calcio: El queso fresco es una excelente fuente de calcio, lo que lo convierte en un alimento beneficioso para la salud ósea y dental.
  2. Proteínas de alta calidad: El queso fresco proporciona proteínas de alta calidad que son esenciales para la reparación y el crecimiento muscular.
  3. Nutrientes para la salud general: Además de calcio y proteínas, el queso fresco contiene una variedad de nutrientes esenciales, como vitaminas y minerales, que contribuyen al funcionamiento adecuado del cuerpo.
  4. Versatilidad culinaria: El queso fresco es un ingrediente versátil que se puede disfrutar de muchas maneras, ya sea solo, en ensaladas, como relleno en tortillas o empanadas, o como complemento en platos principales.

Recomendaciones de consumo: La cantidad de queso fresco recomendada para consumir puede variar según las necesidades individuales y las preferencias dietéticas. Sin embargo, se sugiere consumirlo con moderación debido a su contenido de grasa saturada y sodio. Para obtener sus beneficios nutricionales sin excederse en la ingesta de calorías y grasas saturadas, se recomienda consumir porciones pequeñas, aproximadamente de 1 a 2 onzas (28-56 gramos) por día, como parte de una dieta equilibrada y variada.

Recetas con queso fresco: